martes, 29 de julio de 2008

Alas rotas...


Como Ícaro desafió a la suerte. Se puso sus alas, las que ella misma había construido con mucha paciencia. Pero se acercó demasiado al sol, que acabó derritiendo la cera que engranaba las plumas que formaban sus tupidas alas.

Entonces cayó al mar de la realidad. Su marea la condujo a la orilla de una isla. Por lo menos la vida le daba ese cínico empujoncito de consolación, para no parecer tan mala. Así es la vida, que tiene ese sentido del humor perverso. De allí salió empapada de verdades que ardían como ácido y que corroían, lentamente, lo poco que quedaba de esas alas que tanto le había costado construir.

Poco a poco se agotaba la esperanza de dejar de ser lo que los demás querían que fuera, un simple humano sin alas, sin ilusiones, sin nada por lo que dar gracias o por lo que pedir perdón. Esas verdades terminaron entrando por las costuras de esa coraza - tan bien armada- que protegía lo poco que quedaba de ese “seudo-ángel” que cayó al suelo, de bruces y a sabiendas de que algún día tendría que pasar por ese trance.

Tan hondo llegó a calar esa agua de las verdades que ya ni siquiera le caían lágrimas de los ojos. Se quedó allí, a la orilla de esa inmensa isla abandonada queriendo llorar para, al menos, poder saber si estaba viva o si sólo era un sueño de los que tantas veces tenía despierta...


***___ CUANDO SONRÍE INCLUSO ME PARECE QUE ESTE COCHINO MUNDO TIENE ALGO DE FUTURO___***




FDO: UNA CENICIENTA CON HISTORIAS PARA SUSURRAR AL OÍDO...