miércoles, 7 de octubre de 2009

Te (os) echo de menos...



Nunca pensé fuera a escribirte esto. Ahora, después de tanto tiempo y a pesar de todo lo malo...te (os) echo de menos. Lo siento, no puedo evitarlo, pero es la realidad. Quizás será que otros baches con los que me he topado me han recordado a ti. Sí, a ese marinero de agua dulce que hace tiempo zarpó para no volver.

Lo reconozco, ninguno lo hicimos bien, pero los buenos comienzos no siempre dan grandes finales y así acabó nuestra historia. Una historia que nunca llegó a empezar. Hace tiempo que no estás aquí, pero te sigo la pista. Sigo las huellas que dejas en el camino y que me confirman que sin mí estás mejor que nunca. Y lo celebro. No importa lo mal que lo hicieras, la forma en que te fuiste o el ir y venir de tus caprichos, porque me sigues importando como antes, aunque de diferente manera.

A estas alturas te lo perdono, incluso te pido que me perdones a mí. Jamás, en la vida, fui impulsiva y contigo todo fue diferente...Te dejé ir, por voluntad propia y por el bien de mi salud mental, pero ahora te necesito. Unos difíciles temporales han arrasado esta isla y sin ti, todo es más duro. He tardado en darme cuenta, pero tus errores no me dejaban ver que no necesitaba otra cosa que no fuera tu comprensión, tu apoyo, el que siempre me diste y nunca comprendí. La única que confundió la situación fui yo, y lo siento.

Ahora, me tengo que resignar a felicitarte desde aquí porque sé que nunca lo entenderías. Y a tu fiel compañero, a ese marinero de alta alcurnia (como él se hacía llamar) también le añoro. Erais lo único que tenía y ahora me conformo con saber que os va mejor que a mí, que la vida os trata con respeto y no so pone la zancadilla, como lo hace conmigo. Porque es cierto, la suerte no está de mi lado pero puede que me lo merezca por no hacer las cosas bien.

Felicidades...porque es tú (vuestro) día y te lo mereces....por todo lo que tienes y todo lo que estás consiguiendo. Y aunque no pueda ser testigo directo de ello...me alegro, sabía que lo conseguirías y que serías todo lo feliz que mereces ser.

Gracias, si has leído esto, por olvidar el rencor aunque sea durante unos míseros párrafos. Sé que estas palabras no cambiarán las cosas, pero era algo que te (os) debía...

No es ningún secreto...te (os) echo de menos...

P.D: Felicidades...que cumpláis muchos, muchísimos años más...


jueves, 6 de agosto de 2009

Sólo porque existes...

Todas las noches dejo el teléfono móvil encendido con la esperanza de que entre sueño y sueño me despierte su difícil melodía, esa que le puse en tu honor, esa que me recuerda tanto a ti como a la persona que dejé de ser. Me duermo soñando que más tarde llamará alguien y serás tú, o mejor, esa persona que conocí. Sueño que vuelves a ser esa persona impaciente que incluso llegaba a parecerme incansable, con demasiadas ganas de vida, más de las que yo tenía entonces.

Pero la noche se hace eterna, y no llamas, y me acabo quedando dormida con una lágrima cansada que no se deja caer sobre mi mejilla derecha. Aún recuerdo las noches en las que tu costumbre de llamar a horas intempestivas me irritaba y ahora, ves?: lo echo de menos. Ahora soy yo la que se enreda entre las sábanas esperando a que se ilumine esa pantalla y escuche tu voz. Pero la gente cambia, la vida cambia y tú...tú hace tiempo que no eres el mismo. No eres más guapo, ni más feo, ni más listo, ni más raro...eres simplemente otro.

Podría contar las noches en las que se repite esta misma situación, pero ya me he cansado de contar. Solía contar los días que faltaban para tener más tiempo contigo, solía hacer planes de futuro que no tenían sentido, pero que me daban esperanzas para pasar el día a día, para seguir adelante. Mientras tanto tú, ignorando todo esto, hacías tus planes en los que ni siquiera aparecía yo en segundo plano, y lo entiendo... Me creí dueña de algo que no me pertenecía y éste ha sido el resultado: millones de páginas escritas porque existes, porque has sido parte de mi vida.

Ya no hay planes, ni llamadas, ni quedan lágrimas. Es verano, una época que de golpe se ha vuelto triste, gris, pero eso ya pasó el año pasado y nadie tiene la culpa. Sólo yo tengo culpa...la culpa de escribir las reseñas de algo que nunca salió de mi mente.

Fdo: UNA CENICIENTA QUE SE FUE Y NO SABE SI VOLVERÁ DE NUEVO...

**_AlwaysCinderella_**

lunes, 25 de mayo de 2009

Y el tiempo que no pasa...



Cada día se ve más incapaz de escribir algo que no grite tu nombre por los cuatro costados, algo que no le recuerde lo mucho que te quiso y lo mucho que le duele seguir queriéndote. Porque no sabes ni siquiera la mitad de una historia que, al empezar, no abrió una puerta porque se coló por la ventana. Se coló con su libro de “promesas e intenciones” que nunca se llegaron a cumplir pero que fueron su carta de presentación.

Pero se acabó el pensar que hay barreras infranqueables, que incluso los más pequeños detalles son los que se aprecian porque después de todo eso sólo quedas tú. Llena de soledad, de sueños imposibles, de sueños de papel maché...

Pobre...ha pasado mucho tiempo desde la última vez que creyó en tus palabras, pero no aprende. Ésa lunática con ínfulas de escritora no deja de cometer los mismos errores una y otra vez y se engaña a sí misma pensando que ésta vez tus palabras pueden tener algún resquicio de verdad. Se escuda bajo la creencia de que la primera vez que dijiste: “Vengo para quedarme”, lo decías de verdad. Pero al pasar los días y no saber de ti cae en la certeza de que todo, desde el primer día hasta hoy, fue una auténtica quimera.

Ya sólo busca al ladrón que se llevó sus ilusiones, aquél que con buenas palabras le robó la única razón por la que se levantaba todas las mañanas con ganas de enfrentarse al mundo, con ganas de sonreír, con ganas de no dejarle ir como había hecho con tantos otros.

Ahora el recuerdo de los buenos momentos sólo le hacía preguntarse en qué había fallado...

FDO: UNA CENICIENTA QUE INTENTA SOBREVIVIR EN UN MUNDO DE APARIENCIAS...

**_AlwaysCinderella_**

miércoles, 8 de abril de 2009

A veces la vida te sorprende...




Esta entrada va dedicada a Alberto, aquel desconocido con el compartí horas de viaje y cansancio. Gracias por tu paciencia, tu confianza, por seguir al pie del cañón día a día. Pero sobre todo, gracias dejarte conocer.



Dentro de unos días volveré a subirme a un avión, pero esta vez sin ti, sin el desconocido del asiento de al lado. Sin volver a la risa nerviosa, a las presentaciones y a los silencios compartidos. Tampoco volveré a sentirme observada mientras escribo en mi diario y me miras de reojo, intentando deducir lo que tengo por decir y escribo por callar. Ya no habrá una mujer sentada en el asiento de delante que no levante la mirada a la hora del desayuno, ni me sumergiré debajo de mi manta para resguardarme del frío aire acondicionado. Ya no será un regalo el oscuro café de las aerolíneas americanas.

Esta vez no seré yo la que te despierte para avisarte de nuestra llega al aeropuerto, no te torturaré contándote anécdotas sin saber si te interesan...porque no soy la de entonces, ni entonces era la que quería ser. Por aquel entonces no lo sabías, pero conociste a una persona que volvía de un lugar al que nunca debió ir, que llegó con ilusiones rotas y esperanzas marchitas, que no consiguió lo que esperaba de ese viaje del que, más tarde de la cuenta, volvía. Volvía de una ciudad no recomendable para darse cuenta de que la mayoría de cosas que sustentan tu vida están vacías.

A pesar de saberlo de antemano, aquel viaje me había enseñado la realidad, me había mentalizado de que la distancia no evita los problemas y tampoco los soluciona. A golpes de porqués, el sabor agridulce de aquellas 5 semanas fuera de mi vida, me había devuelto a la cruda realidad, más allá de los cuentos de hadas donde cenicientas cobardes escapan de príncipes aun más cobardes que no merecen ser queridos.

El objetivo de mi viaje ahora no será el mismo, ya no llevaré la maleta llena de recuerdos, a pesar de querer perderle en el olvido, ni llenaré cientos de páginas de ilusiones y sueños. Esta vez sólo me acompañarán –como de costumbre- mis nervios y algún que otro plan pendiendo de un hilo. También me acompañan las dudas y un deseo.

Pero seguirá ahí ese recuerdo cuando cruce Barajas y no te vea por ningún lado, cuando no encuentre a ese chico callado del que no conocía nada y al que conozco gracias a mi empeño, persistencia y enorme curiosidad.

Esta vez otro extraño, como fuiste tú en aquel entonces, se sentará a mi lado pero no serás tú, ni será un vuelo de más de 6 horas. Será un extraño, nada más, como lo fuimos nosotros.

Y es ahora cuando me conoces de verdad, ahora que ya no soy aquella desconocida...

**_AlwaysCinderella_**



P.D: Una vez, una persona a la que aprecio mucho, me recomendó que escribiera a lo que tengo y a los que de verdad me quieren. Al final le hice caso y aquí está el resultado. ;)