miércoles, 8 de abril de 2009

A veces la vida te sorprende...




Esta entrada va dedicada a Alberto, aquel desconocido con el compartí horas de viaje y cansancio. Gracias por tu paciencia, tu confianza, por seguir al pie del cañón día a día. Pero sobre todo, gracias dejarte conocer.



Dentro de unos días volveré a subirme a un avión, pero esta vez sin ti, sin el desconocido del asiento de al lado. Sin volver a la risa nerviosa, a las presentaciones y a los silencios compartidos. Tampoco volveré a sentirme observada mientras escribo en mi diario y me miras de reojo, intentando deducir lo que tengo por decir y escribo por callar. Ya no habrá una mujer sentada en el asiento de delante que no levante la mirada a la hora del desayuno, ni me sumergiré debajo de mi manta para resguardarme del frío aire acondicionado. Ya no será un regalo el oscuro café de las aerolíneas americanas.

Esta vez no seré yo la que te despierte para avisarte de nuestra llega al aeropuerto, no te torturaré contándote anécdotas sin saber si te interesan...porque no soy la de entonces, ni entonces era la que quería ser. Por aquel entonces no lo sabías, pero conociste a una persona que volvía de un lugar al que nunca debió ir, que llegó con ilusiones rotas y esperanzas marchitas, que no consiguió lo que esperaba de ese viaje del que, más tarde de la cuenta, volvía. Volvía de una ciudad no recomendable para darse cuenta de que la mayoría de cosas que sustentan tu vida están vacías.

A pesar de saberlo de antemano, aquel viaje me había enseñado la realidad, me había mentalizado de que la distancia no evita los problemas y tampoco los soluciona. A golpes de porqués, el sabor agridulce de aquellas 5 semanas fuera de mi vida, me había devuelto a la cruda realidad, más allá de los cuentos de hadas donde cenicientas cobardes escapan de príncipes aun más cobardes que no merecen ser queridos.

El objetivo de mi viaje ahora no será el mismo, ya no llevaré la maleta llena de recuerdos, a pesar de querer perderle en el olvido, ni llenaré cientos de páginas de ilusiones y sueños. Esta vez sólo me acompañarán –como de costumbre- mis nervios y algún que otro plan pendiendo de un hilo. También me acompañan las dudas y un deseo.

Pero seguirá ahí ese recuerdo cuando cruce Barajas y no te vea por ningún lado, cuando no encuentre a ese chico callado del que no conocía nada y al que conozco gracias a mi empeño, persistencia y enorme curiosidad.

Esta vez otro extraño, como fuiste tú en aquel entonces, se sentará a mi lado pero no serás tú, ni será un vuelo de más de 6 horas. Será un extraño, nada más, como lo fuimos nosotros.

Y es ahora cuando me conoces de verdad, ahora que ya no soy aquella desconocida...

**_AlwaysCinderella_**



P.D: Una vez, una persona a la que aprecio mucho, me recomendó que escribiera a lo que tengo y a los que de verdad me quieren. Al final le hice caso y aquí está el resultado. ;)